Contra la corriente

Los indicadores de actividad económica siguen mostrando buenos resultados. Desde principios del 2017, la serie desestacionalizada indica valores positivos, ratificando la fuerte recuperación del producto y el empleo mientras los indicadores líderes confirman que el 2018, más allá de los efectos negativos de la sequía y de la incertidumbre que refleja el escenario internacional, será el primer año “par” que desde 2010 registra crecimiento económico.

En efecto, en los últimos años el ciclo económico en la Argentina venía de la mano del ciclo político. En los años electorales se crecía por expansión del gasto público, mientras que en los años pares había que ajustar el desequilibrio previo.

Este año parece no seguir el mismo patrón. Un dato alentador es que uno de los motores principales del crecimiento lo constituye la inversión en equipo durable de producción, lo que permite ser optimista para la evolución de la economía en los próximos años.