La guerra comercial entre Estados Unidos y China está empezando a tener efectos sobre los precios globales de las materias primas. En primer lugar, porque el menor crecimiento de China, aunque marginal, presiona a la baja de la demanda de insumos de dicho país, con lo que ello implica dado su tamaño. En segundo lugar, las represalias encaradas por dicho país sobre ciertas exportaciones norteamericanas han llevado a los productores de Estados Unidos a comercializar excedentes en otros mercados a costa de los precios. Estas tendencias podrían agravarse en el corto plazo de continuar estas políticas.