Olla a presión

Un dato central del mes surge de la persistencia y consolidación del déficit comercial externo.
En efecto, este déficit dice varias cosas. Primero, que la actividad económica se está recuperando. Cada vez que la economía argentina crece, las importaciones crecen más por demanda de insumos y de bienes de capital.

Segundo, se verifica, en este caso, también una suba en las importaciones de bienes de consumo, una vez levantadas las restricciones cuantitativas que regían hasta 2015, junto con el repunte de la demanda de autos provenientes de Brasil.
Tercero, pese al rebote de este mes de las exportaciones, el valor de las mismas permanece muy por debajo de los récords alcanzados en 2011.

Por último, el déficit comercial está indicando la presión que el gasto público financiado con ingreso de dólares está ejerciendo sobre el valor del tipo de cambio nominal y real.
De persistir esta tendencia, más allá de la buena noticia de corto plazo de la recuperación económica, irá creciendo la preocupación sobre la falta de “dólares comerciales” para hacer frente a los compromisos financieros de pago de intereses de deuda en los próximos años.