Si bien en el marco de una política de flotación cambiaria, con intervenciones esporádicas del Banco Central ante eventos disruptivos, la posición de reservas de la autoridad monetaria resulta menos importante que en un régimen de tipo de cambio fijo, el hecho de que el Banco Central haya recuperado un volumen importante de divisas en su Balance, no es un tema menor.
En efecto, habiendo “heredado” un stock de reservas netas negativo a finales del 2015, la recomposición del activo en divisas del Banco Central ha sido de gran magnitud.
El lado negativo de este proceso de recomposición de reservas surge de la necesidad de absorber los pesos que se emiten a cambio de la compra de dólares, en línea con la política antiinflacionaria.