Mientras se concretan los anuncios y las medidas fiscales monetarias y cambiarias vinculadas con el acuerdo con el FMI, tendientes a despejar incertidumbre en torno a la capacidad de pago de la deuda pública en el corto plazo y a estabilizar el mercado de cambios, el tema que empieza a destacarse y que seguirá predominando en los próximos meses, es el referido al nivel de actividad. En efecto, dado el contexto político y social, la profundidad y duración de la recesión pondrá a prueba la capacidad de cumplir el acuerdo con el Fondo en materia fiscal, menor actividad de la prevista puede ser menor recaudación de la prevista. Y la duración de la recesión marcará la posibilidad de un rebote durante los primeros meses del año próximo. Como se aprecia en el gráfico, el Índice General de Actividad mostró una brusca reversión en lo que va del año.