Se espera una cosecha total inferior en 27 millones de toneladas a las correspondientes a la campaña anterior, en donde solo el trigo y el girasol mantienen las cantidades del año pasado. La estimación más optimista respecto del valor de la cosecha actual, dado que la sequía ha generado menores cantidades pero mayores precios (en particular de la soja), indican una pérdida de 3.000 millones de dólares, mientras que las más negativas asumen una pérdida superior a los 5.000 millones de la misma moneda. Esto implica pérdidas en el balance externo, pero también menor recaudación impositiva y menor nivel de actividad directa e indirecta, la cual se verá reflejada en el PBI del segundo trimestre del año.