La “sorpresa” cambiaria inflacionaria del segundo trimestre, en un contexto de fuerte caída del nivel de actividad, ha generado una reducción del valor real de los salarios, tanto en el sector privado registrado como en el sector público. Si bien la reapertura de paritarias permitirá moderar algo, en lo que resta del año, esta caída, el bajo nivel de actividad y el ajuste fiscal le pondrán un límite a esta recuperación, de manera que el año cerrará con una masa salarial más baja, por menos salario y menos empleo, lo que afecta la demanda de bienes de consumo masivo, en especial de los productos de mayor valor.