El déficit fiscal primario de los primeros diez meses del año muestra una mejora sustancial, con una caída nominal de 6% respecto de igual período del año pasado, en particular por la reducción de subsidios económicos. Mientras tanto el déficit financiero, que incorpora el pago de los servicios de la deuda, se ha incrementado casi un 17%, con una leva caída en términos reales. Sin embargo, habrá que esperar los números finales del año (hay fuerte estacionalidad en diciembre) y, sobre todo, el final de las negociaciones por la reforma tributaria, previsional, y coparticipación federal para confirmar una tendencia decreciente del tamaño del gasto –en términos de PBI- para los próximos años. Dato clave para la consistencia de un gradualismo extremo, financiado con deuda.