El segundo semestre de 2016 llegó pero todavía no hay repunte del nivel de actividad. Por un lado, la obra pública, uno de los motores de la reactivación, recién empieza a licitarse, después de cierta “depuración”, de los contratos existentes. Lo mismo ocurre con el programa de energías renovables.
El ingreso de capitales, por ahora, se concentra en el financiamiento al sector público nacional y provincial. El sector privado demora respuestas. El cambio de precios relativos –tarifas y tipo de cambio– se ha realizado parcialmente, y la tasa de inflación, y por ende la tasa de interés, recién muestra signos de moderarse. El sector agropecuario empieza a invertir, pero recién se verán los efectos a finales de año. Lo mismo sucede con el blanqueo recién sancionado.
En síntesis, la economía está tocando piso, pero la mejora en el nivel de actividad, los ingresos y el empleo, todavía no se advierte. Es posible que dicho repunte se verifique ya más hacia el tercer trimestre y mucho más plenamente el año entrante.