Entrados al segundo semestre del año, las tendencias evidenciadas en el primero se prolongan.
Al ritmo de la recuperación de la actividad y el empleo, la tasa de inflación anualizada, si bien muestra una clara desaceleración, persiste en valores alejados del máximo de la meta anual del 17% fijada como objetivo por el Banco Central. Sin embargo, un dato relevante es que, pese al salto en el tipo de cambio observado durante el mes de julio, los precios internos, salvo los correspondientes a productos importados, no han trasladado al menos hasta ahora dicho salto. O lo han hecho en una magnitud menor que en episodios devaluatorios anteriores. Todavía es prematuro sacar conclusiones, pero puede marcar una ruptura importante en la relación devaluación-precios internos.