La construcción ha sido la estrella de los primeros 10 meses del año, marcando la influencia del año electoral, tanto visto desde el ángulo de la obra pública como en el marco del crecimiento del crédito, que comprende no solo al hipotecario (que influye más en las transacciones de vivienda ya construida) sino también a los préstamos personales ajustados con inflación, gran parte de los cuales se han destinado a refacciones y ampliaciones de viviendas en los sectores medios.
Lo mismo sucede con equipamiento del hogar, y motos y automotores, cuya mayor demanda se refleja en la actividad comercial.
Por otra parte, la baja del precio internacional de algunos commodities industriales y combustibles se tradujo en menor actividad en los sectores extractivos vinculados a dichos productos.
Por ahora, las previsiones indican que el año cerrará con crecimiento del PBI en torno al 3% anual, con alguna desaceleración en el cuarto trimestre del año.