La fuerte caída del salario real y la baja generalizada de la demanda dieron lugar a que el mercado de trabajo se ajuste “por precios” y no “por cantidades”. Dicho de otra manera, al contrario de episodios anteriores -en donde los costos laborales no caían en términos reales o contra el dólar, dando lugar a una fuerte suba del desempleo- en esta oportunidad, al menos hasta ahora, los costos laborales cayeron y se mantuvo, en general, el nivel de empleo, suavizando de esta manera los problemas sociales derivados de tasas de desempleo muy elevadas. En la medida que las empresas esperen una recuperación de actividad para el año próximo, preferirán no incurrir en costos de despido y de pérdida de mano de obra entrenada y capacitada.