Los datos disponibles confirman la interrupción del proceso de crecimiento económico de la economía argentina luego de siete trimestres consecutivos. La dinámica del mercado de cambios, las medidas tomadas para frenarla (en particular la política monetaria fuertemente restrictiva), la brusca aceleración de la tasa de inflación, y los efectos de la sequía sobre el PBI agropecuario, sumados a la caída de la demanda brasileña por la huelga camionera que afectó a dicho país, se conjugaron para conformar un escenario extremadamente adverso que se vio reflejado en la fuerte caída de la actividad durante mayo y junio.
Se espera que, estabilizado el mercado cambiario, la normalización de la política monetaria y la recuperación de la actividad agropecuaria para la cosecha fina, moderen la contracción de la actividad hacia el cierre del año.