Hubo moderación fiscal al cierre del año: ¿durará?

La política fiscal mostró en la segunda mitad del año una creciente moderación caracterizada por una reducción del déficit primario y un menor ritmo de expansión del gasto primario. De esta manera, reconociendo la dificultad de financiar políticas fiscales expansivas en magnitud similar a la de otros países, el Gobierno levantó el pie de acelerador y tendió a alinear las cuentas fiscales con la capacidad de financiamiento del fisco para reducir la tensión cambiaria existente y evitar una recaída del nivel de actividad económica.

De la dinámica y el cierre fiscal del año se pueden resaltar dos características, que pasamos a comentar:

Déficit primario en disminución

Exceptuando el mes de diciembre, que está influenciado por la estacionalidad de fin de año, el déficit primario fue disminuyendo a lo largo de 2020. El déficit primario de noviembre totalizó $59 mil millones (MM), y no sólo registró una caída con relación al mes anterior ($82 MM), sino sobre todo con relación al segundo trimestre del año ($245 MM promedio mensual). Esta reducción del déficit primario respecto del “pico” del segundo trimestre respondió fundamentalmente a dos factores:

  1. a) Al progresivo desmantelamiento de las principales políticas paliativas adoptadas para hacer frente a la pandemia. Como se puede apreciar en el gráfico adjunto, el monto estimado de gasto primario COVID disminuyó mes a mes desde el segundo trimestre del año, pasando de un “pico” de $186 MM en mayo a $33 MM en noviembre. Esta menor asistencia COVID hizo que el gasto primario pasara de crecer de un ritmo interanual del 96,8% a uno del 40,5% en el mismo período, período y el déficit primario observado se acercara al déficit primario sin gasto COVID.
    b) A la paulatina recuperación de los ingresos fiscales, los cuales mostraron una mejora con forma de tilde recostada (““). Los ingresos totales del Sector Público Nacional (SPN) crecieron a un ritmo interanual del 38,6% en los dos meses previos a la pandemia (enero-febrero), apenas 2,4% a/a en mayo -el peor momento de la pandemia- y 27,0% a/a en noviembre.

Cierre fiscal 2020 traslada una inercia favorable

El cierre fiscal de 2020 mostró un déficit primario significativamente inferior al previsto en el Presupuesto: 6,5% versus 8,3% del PBI. El Presupuesto preveía una reducción del déficit de 8,3% a 4,2% del PBI entre 2020 y 2021, o sea de 4,1% del PBI. Así, partiendo ahora desde un déficit primario de 6,5% del PBI se deduce que el Gobierno tiene margen para ir a un déficit menor el año próximo. En un ejercicio de simulación muy simple, manteniendo el esfuerzo fiscal de 4,1% del PBI presupuestado, el Gobierno podría ir a un déficit primario de 2,4% del PBI en 2021.

O sea, el cierre fiscal de 2020, en principio y sin nuevas medidas, dejaría al Gobierno Nacional con una posición fiscal favorable para ir a un déficit primario inferior al pautado en el Presupuesto 2021, en línea con el exigido por el FMI (3,5% del PBI), con espacio (limitado) para incrementar el gasto y que sea financiable, de modo tal de contribuir a una mayor estabilidad cambiaria y consolidar y prolongar el ciclo de recuperación económica. ¿Aprovechará esta oportunidad el Gobierno?