En enero, la tasa de inflación se ubicó en 2,3% mensual, con lo cual experimentó una caída importante con relación al mes anterior (3,7%) y, fundamentalmente, con relación al máximo previo registrado en noviembre último (4,3%). Los primeros datos adelantados con respecto a febrero serían indicativos de una inflación mensual en torno al 2 y pico por ciento. De este modo, aunque todavía prematuramente, la tasa de inflación estaría estabilizándose en torno niveles similares a los observados a principios de 2018, tal como puede observarse en el gráfico adjunto.
Sin embargo, como esta baja de la tasa de inflación estuvo motivada principalmente por factores que tienen un componente transitorio importante tanto en el corto como en el mediano plazo, luce difícil que podamos ver una tendencia desinflacionaria sostenida. Veamos.
Por un lado, en esta baja de la inflación incidió la política de desindexación llevada adelante por el Gobierno, que incluyó un congelamiento de tarifas (luz, gas, transporte) y combustibles, un tipo de cambio planchado y rebajas en precios claves, donde:
- Las tarifas de gas y luz en la Ciudad de Buenos aires continuaron pisadas en enero, acumulando siete meses de congelamiento.
- El tipo de cambio registró una suba mínima por segundo mes consecutivo, al exhibir un incremento del 0,2% en enero y del 0,3% en diciembre, tras registrar aumentos muy elevados en meses anteriores.
El acuerdo de precios que logró el Gobierno con el sector de la salud para contener el precio de los medicamentos hizo que este rubro registrara una caída del 5,1% en enero
Las presiones inflacionarias disminuyen, pero…
Y, por el otro, en esta baja de la inflación también incidieron factores extraordinarios como el impacto del bono otorgado a los encargados y al personal de servicio doméstico en diciembre, que hizo que estos dos rubros aumentaran transitoriamente ese mes y disminuyeran luego en enero (-2,0% y -4,7%, respectivamente).
De este modo, como gran parte de estos factores que contribuyeron a reducir la tasa de inflación en enero no son sostenibles en el tiempo, tanto en el corto como en el mediano plazo, es probable que esta baja de la tasa de inflación tienda a diluirse en los próximos meses, y que la inflación se estabilice transitoriamente en torno al 2/2,5%. La continuidad de la política de ancla tarifaria, cambiaria y salarial es probable que contribuya a mantener contenida la tasa de inflación en los próximos meses.
No obstante, los costos que las anclas anti-inflacionarias impulsadas por el Gobierno tienen en términos de generar un desequilibrio fiscal (más déficit, y más emisión) y externo (cambiario, más brecha) le ponen un piso a la tasa de inflación en un plazo mayor.