El precio internacional de la soja se mantiene en los niveles mínimos de los últimos años, aunque alejado de los pisos de principios de este siglo. Está claro, entonces, que la mejora esperada en los ingresos del sector agrícola se verificará por un fuerte aumento de las cantidades cosechadas, luego de la pésima perfomance del año pasado –sequía mediante– . A esta buena perspectiva agrícola se le suma el crecimiento de las exportaciones de carne, con apertura y ampliación de mercados. Esto último implica una muy buena noticia para el sector y para el balance comercial, aunque ha tenido efectos sobre el mercado interno en el primer trimestre del año.