El último dato reportado ya nos parecía alto (80,4% en julio) y el de septiembre es aún mayor: 86,2%. La política desinflacionaria del BCRA tiene, como contrapartida negativa, los costos de corto plazo de esterilizar la emisión para financiar el déficit en pesos y la compra de dólares también para financiar el déficit en pesos. La cuestión fiscal sigue siendo clave para una estabilización sustentable.