Si bien sigue dominando la escena global la política de tasas de interés de la FED y la guerra comercial de Estados Unidos con China, a ese cuadro se le sumará en las próximas semanas los problemas en el seno de la Unión Europea por el rechazo al presupuesto italiano y la debilidad política de Angela Merkel en Alemania. Para la Argentina será clave poder aprovechar, en el corto plazo la recuperación de la actividad económica en Brasil, ahora en el marco de un tipo de cambio más competitivo, y de alguna repercusión favorable en el mundo de los negocios del cambio político ratificado en las elecciones del domingo 28 de octubre. Todo ello independientemente de las consecuencias más profundas que podría tener el triunfo de Bolsonaro en la región.