El Banco Central redefinió, sobre fines del mes, su política de intervención cambiaria, eliminando la zona de no intervención, aunque manteniendo sus límites. Ahora, en el límite inferior de dicha zona, el Banco Central podrá comprar reservas, como hasta ahora, y en el límite superior, podrá venderlas, ampliando el monto de dicha venta, de 150 millones de dólares diarios a 250 millones. Al interior de la zona, el Banco Central podrá también vender reservas, tratando de evitar volatilidades diarias de magnitud, del tipo de las vividas durante marzo y abril. De esta manera, se incorpora un margen de maniobra adicional del que se carecía en el mercado de cambios desde octubre del año pasado.