En agosto, el estimador de actividad económica (EMAE), que se usa a modo de anticipo de la variación final del PBI, cayó 1,6% respecto del año pasado. El dato también muestra una ligera mejora en la actividad, ya que se registró una suba de 1,3% comparada con julio, cuando aún no había impactado la fuerte devaluación del peso de fines de agosto.
El indicador relevado por el INDEC se mantuvo influenciado por la tendencia negativa generada tanto en los sectores donde las fluctuaciones en el valor del dólar juegan un rol central -por los insumos importados- como en los que dependen del nivel de consumo. En ese último, los datos inflacionarios ya terminan de solidificar un año negativo, en el que datos privados ya esperan recortes fuertes tanto en el sector minorista como en el mayorista.
Los últimos datos de actividad económica ya se instalan firmemente en terreno negativo, con un junio que había registrado la baja más fuerte en la última década (-6,7%).