Tras el ajuste cambiario, que en algún grado implica que el mercado le bajó el pulgar al gradualismo aplicado en la política económica, varias consultoras ya empezaron a recalcular sus proyecciones para 2018. Mientras las de inflación van de un mínimo de 25% a un máximo de 28,2% para todo el año, el crecimiento de la actividad lo proyectan de 0,9% a 1,7%.
Según los nuevos cálculos del estudio OJF, se estima que el crecimiento rondará el 1,5% anual cuando antes de la corrida lo estimaban en 2,3%. Asimismo, proyectó que el consumo será de 1,9% (antes de la devaluación era de 2,5%).
Más allá de este año, el agro mantiene un “colchón” para las expectativas de menor crecimiento. En respuesta a los incentivos positivos que lanzó el gobierno a poco de asumir, el sector triguero —por caso— tiene la expectativa más lata de su historia, mientras que la soja va a superar los 20 millones de hectáreas sembradas, el sector ganadero incrementará su stock al tiempo que generará más peso de faena.