El fuerte salto de la tasa de inflación minorista de marzo, confirmando la tendencia creciente del primer trimestre del año, obligó al gobierno a introducir medidas “heterodoxas” con el objetivo de frenar esta escalada. En primer lugar, se congelaron los precios de los servicios públicos hasta fin de año, pese a que todavía no se han “normalizado”. En segundo lugar, se amplió el sistema de precios cuidados y precios especiales de algunos productos básicos. Finalmente, se modificó la política de intervención cambiaria del Banco Central para permitirle reducir movimientos bruscos en el tipo de cambio. Con estas medidas es probable que a partir de mayo la tasa de inflación retome el sendero descendente que mostrara durante fines del año pasado.