El gradualismo en la reducción del déficit fiscal primario se está sobrecumpliendo. Sin embargo, la reducción del déficit total marcha en forma mucho más lenta, dado que está subiendo la cuenta de los intereses a pagar, puesto que el déficit primario remanente se financia, principalmente, colocando deuda. Si bien todavía el peso de los intereses sobre el presupuesto y los ingresos no resulta preocupante, está claro que esta mecánica no puede prolongarse demasiado y que la convergencia a un déficit fiscal cero en los próximos años resulta fundamental para eliminar la vulnerabilidad de la dependencia de la Argentina, a la voluntad de los acreedores, tanto de renovar la deuda como de mantener las tasas de interés relativamente bajas.