El precio internacional de la soja parece estar encontrando un piso. Es cierto que los valores están lejos de sus máximos recientes, pero una cotización que ha dejado de caer, sumado a la proyección de mayor cosecha después de la sequía de la campaña pasada y un tipo de cambio más competitivo, generan un contexto relativamente más favorable. Si, además, la represalia china a las medidas comerciales de Estados Unidos desvían algo de las importaciones hacia Latinoamérica, las perspectivas para el sector empiezan a mejorar.